En 2012, la producción mundial combinada de etanol y biodiésel cayó un 0,4% respecto a 2011. Fue el primer retroceso de este siglo. Además, la producción mundial de etanol se redujo
ligeramente por segundo año consecutivo, a 83.100 millones de litros, mientras
que la producción de biodiésel aumentó ligeramente, desde 22.400 millones de
litros en 2011 hasta 22.500 millones de litros en 2012, Son datos ofrecido por
el New
Worldwatch Institute, que señala también que el biodiésel
representa actualmente más del 20% de la producción mundial de biocombustibles.
Los biocombustibles se engloban en o que se conoce como
bio-energía, que es la energía derivada de la biomasa (materia vegetal y
animal) que abarca la recopilada manualmente, como leña y estiércol de los
animales, y también la transformación industrial de otras como el etanol y el
biodiésel. La biomasa puede utilizarse directamente para la generación de
calor, producir electricidad, o transformar en formas líquidas adecuadas como
alternativa o complemento a los combustibles fósiles para el transporte.
La bioenergía es muy importante a nivel local o regional en
muchos lugares del mundo. Según los datos del citado informe, un 38% de la
población del planeta utiliza la biomasa tradicional para cocinar. En África y
Asía, el 90% depende de ella. En China y en otras zonas de Asia, se ha
registrado un fuerte crecimiento de la instalación de plantas de biogás para
apoyar la electrificación rural.
Etanol
Los cinco principales productores de etanol en 2012
fueron Estados Unidos (61% del total), Brasil (26%), China, Canadá y Francia. La
producción de etanol en EEUU ascendió a 50.400 millones de litros, un 4% menos
que en 2011. La producción en el país depende principalmente del maíz como
materia prima, cuyos precios aumentaron en 2012 debido a la sequía sufrida en
el Medio Oeste.
Esto provocó que Estados Unidos se convirtiera durante un
breve espacio de tiempo (otoño) en importador neto de etanol, después de casi
tres años ininterrumpidos de exportaciones. Mientras, la producción de Brasil
subió un 3% hasta 21.600 millones de litros, en parte debido a una caída en los
precios del azúcar. Los otros principales productores de etanol representan
volúmenes mucho más pequeños: China se quedó en 2.100 millones de litros y
Canadá en 1.800 millones. La Unión Europea apenas produjo 4,6 millones de
litros.
Biodiésel
Estados Unidos también lideró la producción en este
capítulo, con 3.600 millones de litros, mientras que Argentina ocupó el segundo
lugar con 2.800 de litros, y Alemania y Brasil se situaron a la par en 2.700
millones de litros cada uno. La producción de biodiésel en China solo alcanzó
los 200 millones de litros en 2012. Varias naciones europeas producen biodiesel
y en 2012 la UE en su conjunto representaba el 41% de la producción mundial de
biodiésel a pesar de una disminución del 7%. A nivel mundial, la producción en
el periodo 2007-2012 creció a una media anual del 17%, aunque se redujo considerablemente.
La demanda de biocombustibles está fuertemente condicionada
por las leyes que un número creciente de Estados están introduciendo en materia
de mezclas y, al mismo tiempo, por el apoyo que encuentran en otros a través de
ayudas. El New
Worldwatch Institute estima que, en 2012, las subvenciones globales
para biocombustibles líquidos superaron los US$ 20.000 millones.
Se han establecido mandatos o regulaciones en 13 países de
América, 12 de Asia-Pacífico y 8 en África. Los 27 países de la UE están
sujetos a la Directiva de Energía Renovable (RED), que establece un 5,75% de
contenido de biocombustibles en los combustibles para transporte. Estados
Unidos, China y Brasil lo elevan al 15-20% para 2022, e India también ha
ordenado un 20% de etanol en 2017.
¿Se cumplirán estos
objetivos? Es una pregunta de difícil respuesta. Hay países, como India, con un
historial irregular en este sentido. En la UE se suscitó una cierta –o gran– preocupación por los efectos que el cultivo de materia prima para producción de
biocombustibles estaba teniendo en los precios de alimentos y los cambios en el
uso del suelo. En respuesta, la Comisión Europea propuso limitar los
biocombustibles convencionales (los derivados de cultivos alimentarios) a una
participación del 5% de todos los combustibles para el transporte.
Otros aspectos destacados
- Los biocombustibles para el transporte,
esencialmente etanol y biodiésel, representan alrededor del 0,8% del consumo
mundial de energía El 8% de la energía
primaria mundial tiene su origen en la biomasa, el 3,4% son combustibles para
el sector del transporte por carretera y el 2,5% el resto de combustibles para
el transporte.
- En Estados Unidos, el mandato de la
Agencia de Protección Ambiental de que las refinerías de petróleo comprasen en
2012 casi 33 millones de litros de biocombustibles de celulosa para mezcla fue
frustrado por la subproducción, ya que ese año no se llegaron a los 76.000
litros.
- En 2012, la inversión mundial en
biocombustibles fue de casi 5.000 millones de dólares; 3.800 millones US$ en países
‘industriales’ y US$ 1.200 millones en los que están en vías de desarrollo.En biocombustibles dentro del Grupo de los Veinte (G-20) ha ido
disminuyendo cada año desde 2007 hasta 2012.
- A pesar de esta tendencia, algunos
observadores esperan que la inversión de biocombustibles aumente. De hecho,
algunas previsiones sitúan para 2023 unos ingresos de US$ 7.600 millones y de US$
69.000 millones durante la década, gracias a las nuevas directrices sobre mezclas.