viernes, 11 de abril de 2014

EL PIMA-TIERRA Y LA EFICIENCIA ENERGÉTICA

Ni contigo ni sin ti... Desde que el pasado 8 de marzo se hiciera oficial el Plan de ayudas para la renovación del parque de tractores 'PIMA TIERRA 2014', la controversia ha estado abierta. Curiosamente, más que por la escasa dotación (5 millones €) por los criterios introducidos para poder acceder a las ayudas. En concreto, el referido a la clasificación según la eficiencia energética del nuevo tractor.

En los contactos previos antes de su publicación en el BOE se presionó al Gobierno, finalmente sin éxito, para intentar eliminar este criterio, que puede suponer un añadido de hasta 2.000 € si la máquina adquirida está clasificada en la máxima categoría (A). "Estamos a favor de cualquier ayuda que favorezca la renovación del parque de tractores y que estimule el mercado, pero no vemos claro la aplicación de la eficiencia energética puesto que el concepto ha sido ampliamente debatido sin llegar a tener una idea clara de lo que significa en este tipo de máquinas", comenta el máximo responsable en España de unas de las principales marcas de tractores. Algún otro lo cuestionó duramente antes de su aprobación, con duros correos electrónicos enviados directamente al Ministerio de Agricultura, según se filtró en el programa Agropopular, de la Cadena Cope.

Probablemente, la lógica esté de su parte. Nadie como los propios vendedores de tractores conocen la idiosincrasia del mercado. Pero no apuntaron en la dirección correcta. Las ayudas se enmarcan en el Plan de Impulso al Medio Ambiente, una estrategia puesta en marcha por el Ministerio para reducir las emisiones contaminantes, principalmente partículas y emisiones de CO2. Es decir, aunque en el fondo lo que se pretenda es incentivar un mercado que ha caído más del 50% desde el inicio de la crisis, la "excusa" para aportar esos 5 millones no es estrictamente agrícola, ni siquiera económica. Con este Plan, el Gobierno pretende contribuir al cumplimiento de los compromisos establecidos en la Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo, relativa a la calidad del aire, cuyo fin es conseguir una atmósfera más limpia en Europa en el Horizonte 2020.


CAE LA PRODUCCIÓN DE BIOCOMBUSTIBLES

En 2012, la producción mundial combinada de etanol y biodiésel cayó un 0,4% respecto a 2011. Fue el primer retroceso de este siglo. Además, la producción mundial de etanol se redujo ligeramente por segundo año consecutivo, a 83.100 millones de litros, mientras que la producción de biodiésel aumentó ligeramente, desde 22.400 millones de litros en 2011 hasta 22.500 millones de litros en 2012, Son datos ofrecido por el New Worldwatch Institute, que señala también que el biodiésel representa actualmente más del 20% de la producción mundial de biocombustibles.

Los biocombustibles se engloban en o que se conoce como bio-energía, que es la energía derivada de la biomasa (materia vegetal y animal) que abarca la recopilada manualmente, como leña y estiércol de los animales, y también la transformación industrial de otras como el etanol y el biodiésel. La biomasa puede utilizarse directamente para la generación de calor, producir electricidad, o transformar en formas líquidas adecuadas como alternativa o complemento a los combustibles fósiles para el transporte.

La bioenergía es muy importante a nivel local o regional en muchos lugares del mundo. Según los datos del citado informe, un 38% de la población del planeta utiliza la biomasa tradicional para cocinar. En África y Asía, el 90% depende de ella. En China y en otras zonas de Asia, se ha registrado un fuerte crecimiento de la instalación de plantas de biogás para apoyar la electrificación rural.

Etanol
Los cinco principales productores de etanol en 2012 fueron Estados Unidos (61% del total), Brasil (26%), China, Canadá y Francia. La producción de etanol en EEUU ascendió a 50.400 millones de litros, un 4% menos que en 2011. La producción en el país depende principalmente del maíz como materia prima, cuyos precios aumentaron en 2012 debido a la sequía sufrida en el Medio Oeste.

Esto provocó que Estados Unidos se convirtiera durante un breve espacio de tiempo (otoño) en importador neto de etanol, después de casi tres años ininterrumpidos de exportaciones. Mientras, la producción de Brasil subió un 3% hasta 21.600 millones de litros, en parte debido a una caída en los precios del azúcar. Los otros principales productores de etanol representan volúmenes mucho más pequeños: China se quedó en 2.100 millones de litros y Canadá en 1.800 millones. La Unión Europea apenas produjo 4,6 millones de litros.

Biodiésel
Estados Unidos también lideró la producción en este capítulo, con 3.600 millones de litros, mientras que Argentina ocupó el segundo lugar con 2.800 de litros, y Alemania y Brasil se situaron a la par en 2.700 millones de litros cada uno. La producción de biodiésel en China solo alcanzó los 200 millones de litros en 2012. Varias naciones europeas producen biodiesel y en 2012 la UE en su conjunto representaba el 41% de la producción mundial de biodiésel a pesar de una disminución del 7%. A nivel mundial, la producción en el periodo 2007-2012 creció a una media anual del 17%, aunque se redujo considerablemente.

La demanda de biocombustibles está fuertemente condicionada por las leyes que un número creciente de Estados están introduciendo en materia de mezclas y, al mismo tiempo, por el apoyo que encuentran en otros a través de ayudas. El New Worldwatch Institute estima que, en 2012, las subvenciones globales para biocombustibles líquidos superaron los US$ 20.000 millones.

Se han establecido mandatos o regulaciones en 13 países de América, 12 de Asia-Pacífico y 8 en África. Los 27 países de la UE están sujetos a la Directiva de Energía Renovable (RED), que establece un 5,75% de contenido de biocombustibles en los combustibles para transporte. Estados Unidos, China y Brasil lo elevan al 15-20% para 2022, e India también ha ordenado un 20% de etanol en 2017.

¿Se cumplirán estos objetivos? Es una pregunta de difícil respuesta. Hay países, como India, con un historial irregular en este sentido. En la UE se suscitó una cierta –o gran– preocupación por los efectos que el cultivo de materia prima para producción de biocombustibles estaba teniendo en los precios de alimentos y los cambios en el uso del suelo. En respuesta, la Comisión Europea propuso limitar los biocombustibles convencionales (los derivados de cultivos alimentarios) a una participación del 5% de todos los combustibles para el transporte.

Otros aspectos destacados
  1. Los biocombustibles para el transporte, esencialmente etanol y biodiésel, representan alrededor del 0,8% del consumo mundial de energía  El 8% de la energía primaria mundial tiene su origen en la biomasa, el 3,4% son combustibles para el sector del transporte por carretera y el 2,5% el resto de combustibles para el transporte.
  2. En Estados Unidos, el mandato de la Agencia de Protección Ambiental de que las refinerías de petróleo comprasen en 2012 casi 33 millones de litros de biocombustibles de celulosa para mezcla fue frustrado por la subproducción, ya que ese año no se llegaron a los 76.000 litros.
  3. En 2012, la inversión mundial en biocombustibles fue de casi 5.000 millones de dólares; 3.800 millones US$ en países ‘industriales’ y US$ 1.200 millones en los que están en vías de desarrollo.En biocombustibles dentro del Grupo de los Veinte (G-20) ha ido disminuyendo cada año desde 2007 hasta 2012.
  4. A pesar de esta tendencia, algunos observadores esperan que la inversión de biocombustibles aumente. De hecho, algunas previsiones sitúan para 2023 unos ingresos de US$ 7.600 millones y de US$ 69.000 millones durante la década, gracias a las nuevas directrices sobre mezclas.